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Caldo de Albondigas

Un día, ya estando casada, recordé que delicioso el caldo de albóndigas de la abuelita

Le hablé por teléfono y le pedí si me enseñaba a hacerlo, nos pusimos de acuerdo para ir por ella al día siguiente

Temprano en la mañana pase por ella y fuimos de compras: hueso de aguja para un buen caldo

Apio, ajo, cebolla, puerro y chile pimiento con sal y a hervir por hora y media

Luego pelamos zanahorias, limpiamos ejote y arvejas muy tiernos, picamos repollo bien finito, el ejote y zanahoria en juliana .Preparamos la carne molida que era rochoy sin nada de grasa, le agregamos huevo, sal, pimienta, miga de pan, comino molido, ajo y cebolla finamente picado y mezclamos bien . Luego preparamos las albóndigas pequeñas y de tamaño uniforme.

Al estar listo el fondo de res, lo colamos y agregamos las hierbas que le dieron sabor previamente licuadas habiendo agregado unos tomates para darle color al caldo. Luego se pusieron en el caldo hirviendo las arvejas, ejotes y zanahorias. El repollo se coció por aparte y estaba listo y escurrido, para que no provocara gases decía la abue, luego, al estar las verduras casi listas se agregaron en el hervor, una a una las albóndigas, unas ramas de hierbabuena y por último el repollo y un poquito de fideo de pelo previamente sancochado. El caldo estaba listo y la cocina un completo desastre! Muchos trastes sucios, pero todo el esfuerzo valió la pena.

Estábamos listos para tomar un delicioso caldo de albóndigas acompañado de unas tortillas calientes con mayonesa preparada en casa, esta costumbre la había iniciado mi mamá durante los alegres almuerzos familiares todos los martes, en donde al rededor de una mesa compartíamos con alegria, encontrarnos con los que podían disponer de ese hermoso momento.


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